Una
de las experiencias que recuerdo con amables sentimientos de cariño y ternura
durante mi infancia, son las manos de mi abuela que servían para mi una
ensalada de frutas, mientras recitaba a viva voz “… - cómase todo papito, que nosotros somos lo que comemos.”
Hoy
por hoy, hecho un hombre, padre de familia, amigo, hermano, hijo, esposo y un
profesional, las evoco y las replico con un nuevo sentido y alguna variación “nosotros somos lo que pensamos”.
Por
ello me dirijo a ese querido lector que sueña y que busca incansablemente
cumplir todas sus metas, a ése amigo que a pesar de las dificultades, nunca
desfallece, pero sobretodo mis palabras se escriben para aquel que en estos
momentos siente que no puede más, que quiere tirar la toalla, que se siente sin
fuerzas.
¿Le
ha pasado por alguna razón que se propone cambiar algo y se queda a medias en
la carrera?, ¿ha tenido alguna vez la sensación de emprender un proyecto que
nunca termina?, ¿siempre lo abandona?, ¿nada le sale bien? (o por lo menos no
como usted lo quería).
¡Entonces
usted es victima de un virus mental!
… Y ¿qué
es un virus mental?, Neurológicamente, es una incoherencia en la red de
información o engrama cerebral, y una incoherencia es una ruptura en la
estructura de la experiencia, ruptura que impide el cumplimiento satisfactorio
de las funciones básicas cerebrales.
En
otras palabras, cuando me refiero a virus mentales, hablo de todo aquello que
me hace infeliz, que me causa daño, que me hiere, me lastima, me frustra y me
mata.
Ahora
bien, es necesario resolver el siguiente interrogante: ¿qué es una coherencia?,
la coherencia es todo aquello que permite a feliz término el cumplimiento de
las metas para las cuales está diseñado el cerebro humano, la auto-conservación
y la supervivencia, mucha atención, nuestro cerebro no esta diseñado
biológicamente para la autocompasión y el conformismo o la resignación; él es
dinámico y constantemente procura su bienestar y la calidad de vida para si en
todas sus dimensiones, en síntesis la coherencia es el éxito, la felicidad, la
realización, la prosperidad, la tranquilidad, la vida.
Surge
un ultimo interrogante, ¿cómo elimino esos virus mentales?
En
esos virus mentales se encuentran tus mayores defectos, tus preocupaciones, tus
tristezas, tus deudas, tus problemas, tus enfermedades, toda aquella energía
negativa que brota de ti y te impide felicidad, y para eliminar un virus mental
debes hacer solo 3 cosas:
1. Liberarte de cargas emocionales negativas: una
de nuestras mayores dificultades para alcanzar nuestra felicidad, radica en que
gran parte de nuestra energía se pierde en asuntos que no son trascendentales
para lograr nuestras metas (chismes, envidias, rencores, rabias, etc.) y todas
estas se quedan en simples especulaciones y pensamientos que te hacen la vida
amarga. Recuerda, somos lo que pensamos.
2.
Identifica tus virus mentales: haz la tarea de
escribir en una hoja una lista de tus más grandes defectos, y situaciones
adversas que quieras cambiar, es decir cuales son tus debilidades personales y cuales
las amenazas en tu entorno (es importante tener presente en todo momento el
punto número 1).
3.
Haz tu libreta de metas: una vez identificaste
tus defectos conviértelos en cualidades, en virtudes, en algo positivo, y
escríbelo allí (aquí es muy importante que sí te involucres emocionalmente,
gózatelo, disfruta soñando en ése tipo de persona que quieres ser), haz lo
mismo con las situaciones de amenaza o conflicto en tu vida, y termina radiante
de hacer éste ejercicio.
Ahora
vuélvelo tu rutina e imprime una energía especial y mas pronto de lo que crees
terminarás por contemplar sorprendentemente las consecuencias.
Algunas
personas y organizaciones me buscan para que les brinde mi ayuda como coach o
entrenador y han dado viva fe de que los alcances son de alto impacto para sus
vidas, porque mi trabajo no es ser motivador, mi trabajo es garantizar sus
metas.
Y
cuales son tus metas, háblame de ellas, y dame la oportunidad de verlas hecha
realidad en tu vida.
Por:
Sergio Lizcano
Contacto:
Movil:
3014632981
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